Hace unos meses tuve la oportunidad de participar en una simultánea de ajedrez en la Universidad Católica Tecnológica de Barahona (UCATEBA), junto a estudiantes del programa de ajedrez que dirige el ingeniero Modesto Peña Cuello, con la colaboración del reconocido ajedrecista Fernando José Cuevas.
Más allá del juego, esta experiencia me reafirmó que el ajedrez es una herramienta valiosa para la formación integral, tanto de estudiantes como de profesionales.
En cada partida se ejercitan la concentración, la paciencia, la estrategia, la toma de decisiones y la responsabilidad ante los propios movimientos —habilidades que también definen el éxito académico, profesional y personal.
El ajedrez no solo enseña a ganar, sino a pensar antes de actuar, a prever consecuencias y a valorar el silencio como parte del proceso de razonamiento.
Por eso, toda iniciativa que lo promueva en espacios educativos merece apoyo y reconocimiento.