Por: Carlos J. Feliz Vidal.
Desde niño he usado las dos manos en múltiples tareas, de manera que parezco derecho o zurdo, dependiendo del observador.
Ayer un observador perspicaz me catalogó como zurdo, al verme utilizar esta mano más que la derecha.
Lo cierto es que escribo con ambas manos. En la pelota era ambidestro. Esa virtud me permitió cuando tuve un accidente que requirió enyesarme la mano derecha, seguir firmando cheques y documentos con la mano izquierda y que la firma fuera aceptada por todos.
Las manos tienen un amplio espacio en nuestras conexiones cerebrales, su uso es saludable para la sinapsis. La sinapsis permite la comunicación, la actividad de las neuronas, células especializadas del cerebro.
Usar ambos manos, no la más hábil, ayuda a desarrollar esa potencia cerebral, como ayuda usar las piernas en la salud cardiovascular.
Al tomar una taza de café, por ejemplo, soy igualmente hábil con ambas manos, lo mismo que al realizar otras actividades. En múltiples campos ni soy zurdo ni derecho, soy ambas cosas a la vez. Tomo las cosas con la mano más próxima al objeto.
Creo que es más difícil trabajar el ojo natural que la mano natural, porque el que es de ojo derecho o izquierdo natural, también será derecho o izquierdo de mano y eso se comprueba al «picar el ojo». Haga la prueba y lo verá, sin embargo, pocos intentan picar el ojo contrario al natural, lo que no significa que no pueda hacerse.
En fisiología se dice que el órgano que no se usa se atrofia. Use, siempre que pueda, ambas manos y esto le traerá muchos beneficios, especialmente un mejor desarrollo neuronal y fisiológico.